Los suelos vinílicos acolchados de Motif: ¿tengo que rebajar puertas?

¿Recuerdas esa sensación de mirar tu suelo y pensar que necesita un cambio, pero luego te imaginas el caos de una reforma y te entra pereza? ¡Te entendemos perfectamente! Por eso queremos contarte que suelos vinílicos acolchados de MOTIF son la solución perfecta para estas situaciones: transforman cualquier espacio en un abrir y cerrar de ojos, y sin obras.

Los suelos vinílicos de MOTIF son como poner una alfombra elegante y resistente que se integra a la perfección pero por si te quedan dudas, te contamos una de las dudas más frecuentes: ¿Tendré que cortar las puertas? Con los suelos vinílicos acolchados, la respuesta es, en la mayoría de los casos, ¡no! Su grosor es de tan solo 2,4 mm, lo que permite que las puertas sigan abriendo y cerrando sin problemas. Es como poner una alfombra elegante y resistente que se integra a la perfección.

¿Sabes ese momento en el que decides cambiar el suelo y te preguntas si tendrás que cortar las puertas para que encajen? Pues con MOTIF, en la mayoría de los casos, ¡ni siquiera tienes que preocuparte por eso! Su grosor es de apenas 2,4 mm, así que las puertas siguen abriendo y cerrando sin problemas.

¿Y si la puerta roza un poco? ¡Tranquilidad!

Imagina que, después de instalar tu nuevo suelo Motif, notas que una puerta roza un poquito o no se desliza tan bien como antes. ¡No te asustes! Es algo que puedes solucionar tú mismo en casa, sin necesidad de llamar a un profesional. Te cuento cómo:

  1. Mide lo que necesitas rebajar: Cierra la puerta y desliza una hoja de papel o una cartulina por debajo. Si no pasa, ya sabes cuánto espacio tienes que ganar.

  2. Desmonta la puerta (si te resulta más fácil): A veces puedes hacerlo sin quitarla, pero si la desmontas de las bisagras (¡con cuidado!), tendrás más libertad para trabajar.

  3. Lija o corta la parte inferior:

    • Para ajustes pequeños: Usa una lija de grano grueso o una lima para madera y ve quitando poco a poco.

    • Si necesitas quitar más: Un cepillo manual para madera o una sierra de calar con hoja fina te ayudarán a hacerlo de forma limpia.

  4. Dale un acabado perfecto: Cuando ya tengas la altura deseada, pasa una lija de grano fino para suavizar los bordes y evitar astillas. Si la puerta está pintada o barnizada, aplica un poco de pintura o barniz en la zona que has rebajado para protegerla.

  5. Vuelve a colgar la puerta: ¡Y listo! Comprueba que abre y cierra sin problemas.

Así que ya sabes: cambiar el suelo puede ser una experiencia sencilla, rápida y, sobre todo, sin quebraderos de cabeza. ¡Tu casa se lo merece!

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