El papel pintado sigue con fuerza y se ha convertido en un imprescindible en la decoración actual. Es versátil, ofrece diseños infinitos y puede transformar cualquier estancia en cuestión de horas. Sin embargo, como ocurre con cualquier recurso decorativo, no basta con elegir un estampado bonito: hay errores frecuentes que pueden arruinar el resultado final. A continuación te contamos cuáles son y cómo evitarlos para que tu proyecto sea un éxito.
- Elegir un diseño sin pensar en la estancia
Uno de los fallos más comunes es dejarse llevar solo por un diseño que nos gusta, sin tener en cuenta la habitación donde lo colocaremos. Un estampado muy recargado en un espacio pequeño puede hacer que se vea más reducido. La solución: analiza primero la luz, el tamaño y la función de la estancia. Para cocinas bonitas, por ejemplo, funcionan muy bien los diseños geométricos o efecto azulejo, mientras que en un dormitorio es mejor apostar por tonos suaves que inviten al descanso.
Papel pintado autoadhesivo Sage
- No preparar la pared antes de colocarlo
El entusiasmo puede jugarnos malas pasadas. Colocar el papel pintado sobre paredes de materiales porosos o muy irregulares, con polvo o humedad, hará que sea más fácil que se despegue en poco tiempo. Antes de empezar, asegúrate de que la superficie está limpia, libre de polvo, seca y lisa. Este paso es clave para que tu decoración luzca impecable y el papel de pared aguante sin descolgarse.
- Cubrir todas las paredes sin medida
A veces queremos ir “a lo grande” y empapelamos todo el espacio con un estampado llamativo. El resultado puede saturar. Un consejo profesional es usar el papel pintado como recurso focal, en una sola pared o en rincones concretos, y combinar el resto con pintura neutra o vinilos decorativos. Así lograrás un equilibrio más armónico.
Papel autoadhesivo Zagzig de MOTIF
- Olvidar la combinación con otros elementos deco
El papel pintado no está solo: convive con muebles, suelos y accesorios. Un error común es no pensar en el conjunto. Una alfombra vinílica en tonos coordinados, unas plantas artificiales que aporten frescura o incluso cenefas autoadhesivas en zonas estratégicas pueden ayudarte a crear continuidad y reforzar el estilo.
En definitiva, decorar con papeles pintados es una apuesta segura siempre que se eviten los errores de los que acabamos de hablar. Si tienes en cuenta estos detalles, conseguirás una decoración fácil, bonita y duradera, con resultados que parecen de profesional.