Las cocinas además de ser un espacio funcional, han pasado a ser una parte esencial del estilo de la casa. Y en ese cambio, el color está jugando un papel decisivo. No hace falta reformar, cambiar muebles o meterte en obras interminables para actualizarla. A veces, basta con introducir tonos que aporten calma, luz o personalidad, y ahí las soluciones decorativas adhesivas y vinílicas se han convertido en una herramienta muy agradecida.
Hoy repasamos los colores que están marcando tendencia y cómo puedes integrarlos en tu cocina de forma rápida y bonita con recursos fáciles de aplicar.
Verdes suaves: frescura sin estridencias
El verde lleva tiempo subiendo posiciones, pero ahora lo hace en versiones mucho más calmadas. Los verdes suaves, ligeramente grisáceos o con matices apagados, aportan sensación de limpieza y amplitud sin resultar fríos. Funcionan especialmente bien en cocinas pequeñas o con poca luz.
Una forma sencilla de incorporarlos es utilizarlos en zonas puntuales: una pared de apoyo, el lateral de una barra, un frente sin azulejo o incluso en tus muebles. Y para hacerlo sin renovar todo por completo, los murales y papeles autoadhesivos en tonos verdes suaves son una opción muy agradecida: crean un efecto fresco sin saturar y, además, combinan muy bien con madera, blanco o toques metálicos cálidos.

Armario forrado con el vinilo Verde Salvia de MOTIF
Vinilo Feid Verde Mint
Terracotas y tostados: calidez inmediata
Los colores tierra o terracota siguen creciendo, especialmente en cocinas donde se busca un ambiente más cálido y acogedor. Matices como terracota suave, arena, café con leche o tejas muy claras aportan profundidad sin oscurecer.
Este tipo de tonos funciona genial en rincones donde quieres generar contraste: detrás de una estantería abierta, en el frontal de una zona de desayunos o en algún paño de pared que ahora mismo sientas “vacío”. Además, combinan muy bien con alfombras vinílicas en colores neutros que suavizan el conjunto y añaden un punto decorativo sin restar luz.

Arco autoadhesivo KOTO, combinado con el planificador menú semanal Calm
Alfombra vinílica Wicker
Grises cálidos: el nuevo neutro que lo equilibra todo
El gris nunca se fue, pero ahora vuelve con versión cálida, más suave, menos fría. Es perfecto para quienes quieren una cocina actual sin probar colores demasiado atrevidos. Sirve de base, combina con absolutamente todo y aporta esa sensación de orden que tanto buscamos.
Puedes introducirlo en bloques verticales si quieres equilibrar visualmente la estancia, o usarlo en murales con textura para dar un toque moderno sin necesidad de reformar. También es un color que se lleva especialmente bien con tonalidades madera y con suelos vinílicos efecto piedra.
Azules tranquilos: elegantes y muy luminosos
El azul sigue siendo un clásico en cocinas, pero los tonos que ahora marcan tendencia son los apagados, entre gris y azul. Son elegantes, fáciles de combinar y aportan una calma sorprendente. Van bien en espacios modernos, mediterráneos o nórdicos.
Puedes probarlo en un tramo de pared, en un falso cabecero detrás de una mesa auxiliar o en un arco adhesivo que dé un punto focal a una zona de uso frecuente, o incluso en el frontal de la cocina. Un azul suave colocado en el lugar adecuado hace que la cocina se sienta más cuidada y especial.

Neutros cálidos: la apuesta segura (pero nada aburrida)
Si quieres mantener la esencia de tu cocina pero darle un aire más fresco, los neutros cálidos son una apuesta infalible. El beige ligero, el marfil o los blancos rotos aportan luz y homogeneidad, y son el lienzo perfecto para integrar detalles decorativos.
Aquí funcionan especialmente bien las cenefas autoadhesivas o murales de líneas finas y tonos sutiles. Ayudan a dar ritmo a la pared sin saturar y aportan un acabado más pulido. Además, son la opción perfecta si tienes muchos elementos de madera o encimera clara.

Cenefa Dama Nutt
Cómo elegir el color adecuado para tu cocina
A la hora de decidir, piensa en dos cosas: la luz y el uso del espacio. Cocinas pequeñas o interiores agradecen tonos suaves que amplíen visualmente; las más grandes permiten jugar con colores tierra o incluso con contrastes. Y si te da miedo cansarte, prueba primero en un paño pequeño o en una zona que no ocupe todo el campo visual.
Lo importante es que el color trabaje para ti: que aporte sensación de orden, limpieza, amplitud o calidez según lo que tu cocina necesite.

