Entre las setas están los duendes, los trasgus, las xanas, entre los árboles, las risas de los niños jugando al escondite, los pájaros cantando, el aire que mece sus hojas y tira al suelo las ultimas que recuerdan que el invierno está a la vuelta de la esquina.
En casa de mi abuela había una habitación empapelada. En ella, el papel era amarillento, con flores, imagino que los años lo hicieron así, al mirar por la ventana veías las grandes hortensias que recubrían los muros del fondo de la finca. Esas dos imágenes son las que ahora veis convertidas en papel, la naturaleza y la nostalgia, juntas.
Llegamos, se bajan a abrir el portón, el coche empieza a enfilar y a su izquierda se ven los grandes grupos de hortensias, azules y rosas, siempre mezclando ambos colores siempre enormes y hermosas, menos en invierno, cuando están en sus esplendor sabes que ha llegado el verano, huele a mar, a crema para el sol, a vacaciones y la casa de la abuela se abre ante mi con sus hortensias de 2 metros para darle la bienvenida a las fiestas.
¿Qué hay más bonito que un pájaro y una flor? Únelos ambos y dale la imaginación de un niño para volar, y ahí es donde tenemos esta colección, para que la paredes de los más pequeños luzcan sueños, sin tener que ir lejos a buscarlos.