Dicen que si no tienes hortensias en casa no tienes casa asturiana, aunque también dicen que una casa con hortensias no quiere casar, es decir, que si hay hortensias no hay boda. Yo prefiero quedarme con el primer dicho porque no conozco nada tan bonito como las bolas de hortensias a la puerta de una casa.
La vida en el Llagar es dura, se maya en otoño, pero no sirve cualquier día, tiene que ser menguante, porque es más propicio. Los agricultores van con sus sacos llenos de manzanas y ahí empieza la fiesta, esa que nos indica que el invierno anda rondando, que nos anuncia que el amagüestu está cerca.
Con nuestra alfombra vinílica Monrou hemos querido innovar el concepto clásico que tenemos acerca de los hidráulicos, creando un patrón geométrico que imita a las conchas, lo que aporta vitalidad y movimiento al diseño.
Disponible en tres colores -amarillo, amarillo con borde verde y una preciosa combinación de rosa y azul-, aportará esa nota de color que estás buscando.